15 de septiembre de 2011

El desplazamiento provisorio.

Este texto tiene como objeto principal (todo tiene más de un objeto (¿por qué no digo objetivo?)) el desplazamiento. Me estoy desplazando del último posteo.

Mi blog es, desde hace años, una parte inseparable de mí; una prótesis excepcional (no vista como falta, sino como mera potencialidad). Y como en el resto de mis campos de movimiento (tanto de bits como de átomos), la última acción es donde estoy. ¿Qué significa esto? Que siento que el último posteo es parte de mi actualidad, aunque sea en este plano, el digital. Y la verdad es que yo ya no estoy anímicamente en el posteo anterior. Sobre todo por eso, por lo anímico: si bien todos los textos quedan en mí, y me definen de alguna manera, no siempre los acepto o estoy de acuerdo con ellos (debería decir en concordancia): y el patetismo del último me incomoda. La inmovilidad de emociones y sentimientos no es lo mío. De ahí el desplazarme con estas palabras.

El desplazamiento es hacia una zona ya visitada por mí. Una preocupación casi cotidiana y que tiene que ver con la construcción de la Realidad. Estoy comenzando a ensayar sobre una hipótesis que incluye como eje principal la incidencia de la ficción en nuestras vidas. De cómo el arte, con su función creadora, no solo nos modela como personas-personajes (qué horror considerarse actor, qué triste esta metáfora) sino que crea el universo mismo de nuestras percepciones, el con-texto. Quiero indagar sobre esto. Quiero fundamentar algunas intuiciones: si logro desarrollar una ficción/ensayo lo suficientemente extenso y profundo (en su simbología, en su veracidad, en su delirio) podré, al final de mis días, decir que me dije ( el ser demiurgo). Pero más, tal vez logre dar con la concatenación correcta de palabras que para mí vengan a funcionar como portal de una realidad alterna o como vehículos de otros estados de conciencia. ¿Pero este es el objetivo? ¿Tan banal? Sospecho que hay más, por eso me intereso.

Por supuesto, agradeceré la invitación a lecturas, películas, o cualquier cosa que se les ocurra para indagar e indagarme al respecto (teorías sobre la ficción, consideraciones sobre patologías mentales, etc, porque la “locura” es un buen apostadero de interrogantes). Todo será material funcional a mi búsqueda al-química.

Y sí, Fringe (como Lost) es muy inspiradora:

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