29 de septiembre de 2006

Diálogos: Hoy, “Da igual”.

- ¿Gato por liebre? ¡Eso es absurdo!
- Qué, ¿el gato o la liebre?
- Los dos, es que esto no es gato, ni aquello liebre. Porque un gato…
- Es una manera de decir, porque si aquello es liebre y esto…
- No, no es.
- Si le digo que es liebre es liebre. Créame.
- Supongamos que sí, pero conocer liebres no lo hace necesariamente conocedor de gatos…
- Me está mareando, me parece que usted es un zorro.
- Zorro por liebre. Eso también podría ser, aunque también resultaría absurdo.
- Es que no importa, porque llegado el caso da igual.
- Exactamente, da igual ¿se da cuenta? al final no estamos hablando ni de gatos ni de liebres, ni de zorros…
- A eso voy…
- sino de nada, o de todo, o de conformismo si quiere. Porque si todo da igual…
- No, usted no me entiende.
- Tal vez, y eso no quita que pueda estar en desacuerdo. Mire, seguro usted es de los que creen que el conformismo lleva a la quietud, a la inacción, y que así no hay progreso.
- Sí, pero ese no era el punto de la discusión…
- Ninguna discusión tiene punto y ninguna de sus acciones implican un progreso.
- ¿Y usted qué hace por el progreso?
- Yo hago lo que puedo. Pero igual creo que el progreso no existe.
- ¡Ah!, ¿se da cuenta? el conformista es usted. “Hago lo que puedo”, “el progreso no existe”, ¡eso es conformarse!
- No, yo solo lo creo, pero obro como si no, porque sino la vida sería imposible.
- Además no importa lo que yo crea…
- Usted es bastante incoherente, su argumento no me cierra. Admita que la postura tradicional, tiene sentido, cierra. El ser humano avanza…
- Ni lo que yo crea, ni lo que usted crea importa, el círculo cierra igual, lo queramos o no, eso es lo trágico. El círculo. Todo da igual. Todo se repite. Por eso usted y yo y todos nos sentimos mareados y confundidos. El círculo, el maldito círculo.
- Admito que es una linda metáfora.
- ¿Qué es una metáfora?
- Es gato por liebre.
- ¿Gato por liebre? ¡Eso es absurdo!
- Qué, ¿el gato o la liebre?
- Los dos, es que esto no es gato, ni aquello liebre. Porque un gato…
- Es una manera de decir, porque si aquello es liebre y esto…
- No, no es.
- Si le digo que es liebre es liebre. Créame.
- Supongamos que sí, pero conocer liebres no lo hace necesariamente conocedor de gatos…
- Me está mareando, me parece que usted es un zorro.
- Zorro por liebre. Eso también podría ser, aunque también resultaría absurdo.
- Es que no importa, porque llegado el caso da igual.
- Exactamente, da igual ¿se da cuenta? al final no estamos hablando ni de gatos ni de liebres, ni de zorros…
- A eso voy…
- sino de nada, o de todo, o de conformismo si quiere. Porque si todo da igual…
- No, usted no me entiende.
- Tal vez, y eso no quita que pueda estar en desacuerdo. Mire, seguro usted es de los que creen que el conformismo lleva a la quietud, a la inacción, y que así no hay progreso.
- Sí, pero ese no era el punto de la discusión…
- Ninguna discusión tiene punto y ninguna de sus acciones implican un progreso.
- ¿Y usted qué hace por el progreso?
- Yo hago lo que puedo. Pero igual creo que el progreso no existe.
- ¡Ah!, ¿se da cuenta? el conformista es usted. “Hago lo que puedo”, “el progreso no existe”, ¡eso es conformarse!
- No, yo solo lo creo, pero obro como si no, porque sino la vida sería imposible.
- Además no importa lo que yo crea…
- Usted es bastante incoherente, su argumento no me cierra. Admita que la postura tradicional, tiene sentido, cierra. El ser humano avanza…
- Ni lo que yo crea, ni lo que usted crea importa, el círculo cierra igual, lo queramos o no, eso es lo trágico. El círculo. Todo da igual. Todo se repite. Por eso usted y yo y todos nos sentimos mareados y confundidos. El círculo, el maldito círculo.
- Admito que es una linda metáfora.
- ¿Qué es una metáfora?
- Es gato por liebre.

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