23 de marzo de 2014

Vaginas en el test de Rorschach.

Simple: mujeres cerca, psicólogos lejos. Ahí mi felicidad, mi cordura, mi loca felicidad: en estar cerca de la fuerza cosmogónicamente equilibradora que es la mujer y lejos del sistema medieval, inquisidor y normalizador que es el psicoanálisis. Lejanía (y decrepitud) para todo lo que se oponga a la fuerza fémina, fuerza entrañable que puede crear la forma que la misma forma no tiene.

¡Atrás psicólogos, a sus cuevas, vuelvan a sus cavilaciones! ¡Aquí hay vida incontenible, desbordante, palpitante! ¡Atrás, troyanos, berretas de la culpa, que ya tengo la pija henchida con el simiente de sus deseos indigestos! ¡Atrás, que mil vientres fecundos de irracionalidad marchan contra su orden! ¡Atrás, que mi voluntad amniótica nace y renace para acabar con el mundo! ¡Uija!



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