26 de septiembre de 2006

Caripela.

Su cara era serpentina, redoblante y platillo. Un chiste, una estallido de piñata. Nariz de berenjena, ojos desorbitados, boca grande como payaso, pelo ensortijado y de color diluido. No puedo decir que el tipo era feo, no, era… era irremediable. Gracioso.
Esa gente, que anda por la vida con portación de alegría morfológica, son un alivio. Es que uno los ve y se olvida de todas las miserias, broncas y padecimientos que arrastra. Yo creo que ese tipo se levanta cada mañana, se para frente al espejo y dice: “Aquí tenés existencia, mirá cómo me vengo, fijate cómo te arruino funerales, cómo desenmascaro a la belleza, como esterilizo al agua bendita, como desinflo discursos…” No voy a reflexionar sobre esto, simplemente lo voy a disfrutar un rato.
Sabemos que la felicidad no resiste a la reflexión.

3 comentarios:

Flor dijo...

Entro a tu blog y siempre me sorprendo de las cosas que escribis. Son muy buenas. Te linkee (ja) en el mio, espero que no te moleste.

Saludos.

Victoria dijo...

jajaja
delicioso
de la mitad hacia el final
no se me quitò la son-risa.


me gusta inferir en diversas existencias.


reflexiono que es valedero
inferir en otras vidas
dado que nos es una... procurar percatar las demàses, apropiadas,
apropiàndolas?¿


=)))



bai*

Victoria dijo...

ah*
tengo un escrito de mi
que se llama
caras sino equivoco.


http://mesientovolando.blogspot.com/2006_05_01_mesientovolando_archive.html
ahì està
¨mira de caras * cara de miradas¨




baccio+