Qué mejor que aquello en que podemos leer “Haz lo que quieras de mí”. Aquello que se da sin siquiera conciencia de entrega. Sin siquiera obligarnos a una libertad.
La primera vez que sentí ese desplazamiento estaba cenando en casa, con mis padres, y tendría unos 6 ó 7 años. Por la tele vi el Bolero de Ravel, por Jorge Donn. Punto.
Me apropié de ese evento, y sin saberlo, hice un bastión contra todo aquello que se me plantaba como autoridad, como sentido. Sobre todo contra mi mismo, y la tendencia autoritaria que tengo.
Un recreo, como tantos otros, que me derrumban y me salvan.
2 comentarios:
ay! no sé muy bien cuál es mi recreo, sé que tengo pero no alcanzo a reconocerlo.
Y vos que claridad, desde los 6/7, te parió.
joer...! a los 7 mi recreo era el Pato Lucas...
JOER!!! A LOS TREINTA LARGOS MI RECREO ES EL PATO LUCAS!!!!!!!!!!!!
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