8 de abril de 2009

Desplazamientos.

Sentado a la orilla del mar y flagelado por un viento fortísimo, no sé si lo pensé allí o aquí, entonces o ahora: ese lugar debía tener sus habitantes, solo que estarían donde el viento los habría dejado, que debía ser como en un Tandil, por decir un lugar, donde claro, no habría Tandilenses sino la gente que no estaba donde, por el momento, estaba yo.

Y en la sucesión de ese razonamiento comprendí que todo estaría desplazado. Y que sentirse en hogar es producto de una correspondencia material profunda que depende tanto de la quietud como de su álter ego: el movimiento. Y digo álter ego solo para marcar el carácter comunitario (holismo) que siento (más allá del disloque moderno de cuerpo como sujeto y objeto) con y en cada lugar; sentido así, el emplazamiento es una conjetura; y el estado provisorio de la conjetura posibilita el paisaje, lo construye, y no es más (y no es poco) que la fugacidad de un mirar.

Cuando abandone la orilla me habré ido para siempre. Y retornaré, sin duda, a lugares donde nunca he estado; hay una familiaridad en cada rincón del mundo, algo que me espera y que me recibe para empezar a vivir juntos. Participación constante, de eso no hay duda. Y me detengo, justo al borde de la inmortalidad: siempre al abismo de la fe.

El deseo de permanecer y el de partir son al unísono, como el paso, que no tiene adelante ni atrás porque no hay posibilidad de haber “un-1” lugar. Sin embargo no hay nulidad. La nulidad es impensable. Lo que se piensa, lo que sea, es movimiento, viento, tempestad.

¿Quién está todavía en esa orilla? Le veo la espalda, luego el rostro, y no me asombro de ser yo. Quién sabe, porque en verdad, tal vez ya no lo sea.

3 comentarios:

Alex dijo...

Esto: "El deseo de permanecer y el de partir son al unísono, como el paso, que no tiene adelante ni atrás porque no hay posibilidad de haber “un-1” lugar. Sin embargo no hay nulidad. La nulidad es impensable. Lo que se piensa, lo que sea, es movimiento, viento, tempestad.", me dice hoy completamente.

Salvador Cristofaro dijo...

Tu texto se acerca al borde del instante. Es holistico. Me hizo acordar a Bachelard.

Diego dijo...

Hola Alex. Ojalá eso que te dice sea tan bueno como a mí se me dijo. Porque en eso, yo vivo pleno.

Hola Salvador. Nunca leí a Bachelard, pero su nombre desde hace tiempo que me da vueltas. Hoy me decidí a googlearlo y encontré un fragmento de la "Poética del espacio" que me terminó de acercar: "Poseo el mundo tanto más cuanta mayor habilidad tenga para miniaturizarlo. Pero de paso hay que comprender que en la miniatura los valores se condensan y se enriquecen. No basta una dialéctica platónica de lo grande y de lo pequeño para conocer las virtudes dinámicas de la miniatura. Hay que rebasar la lógica para vivir lo grande que existe dentro de lo pequeño. " Con tu comentario me acerco a otro autor, gracias.