16 de diciembre de 2009

La inexistencia de las luces.

Cuando se asomó, el monstruo había desaparecido. Pero ni bien se tapó, nuevos ruidos, acaso los mínimos que hizo al arrastrar la sábana, hicieron volver sobre sus pasos a la criatura.

Víctima de la desesperación, dejó parte de su cabeza al descubierto. Rogó en temblores; ya no había tiempo de correcciones que delataran aún más su posición.

A pesar de la tensión el cansancio lo venció. Dulcemente se resignó a ser devorado; sentía sobre su mollera un aliento tenue y unas fauces enormemente abiertas.






(inspiraexhala - inspiraexhala - inspira)

3 comentarios:

Alex dijo...

me da miedo esa foto, sabélo

Damaduende dijo...

Esa foto, como dice Alex, es horrorosa... Ahora voy a soñar y todo...
Pero si, conozco el paño, mas de una vez a lo largo de mi historia me he quedado dormida, rendida por el cansancio, a sabiendas de que una vez que cerrara los ojos la Cosa en mi cuarto iba a devorarme.

Diego dijo...

Alex: era de esperarse en tamaña maricona.

Guada GN: espero que finalmente no hayas soñado. O sí, las pesadillas pueden ser toda una aventura.