Afín a su tristeza, sintió un impulso por la casa. La compró. El martillero omitió un detalle novelesco: allí se había dado muerte una persona: nada de lo que uno debiera preocuparse, a no ser que como el comprador, se tenga mediumnidad:
Perdón.
Tan profunda es esta soledad.
Tan perturbadores los cambios de humor.
Tan lejano todo.
15 de marzo de 2010
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2 comentarios:
dame la dirección así NO voy, no te puedo explicar la cantidad de detalles que podría dar.
No te la doy nada, ya sos grande.
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