Aquí estoy, cediendo. El impulso de
escribir me sobrevuela la cabeza pidiendo pista. Se la doy, a ver qué baja. Tal vez nada, aparentemente eso; esto.
Para ciertas cosas uno sabe qué hacer, cómo
canalizarlas; sabemos de la masturbación, pero esto, esto, no es claro. Escribir nunca es lo mismo. O al menos así lo es
cuando vale algo. Ese valor es de capitalización íntima. Uno continuamente está
operando sobre sí, haciéndose bypass, metiéndose mano en cada hueco,
hurgándose, hablándose, viendo la manera de darse cuerpo.
Trabajamos espiritualmente sin tomar
conciencia de ello. No tenemos una dirección, sino un impulso. Cedemos a un
pulso; dos dedos sobre la muñeca o el cuello bastan para sentirse latir; ¿Qué
hay entre cada bombeo? Esto, solo esto,
un sistema que debe permanecer cerrado, que debe andar siempre en sus cauces. Desbordarse
es morir; superarse a uno mismo.
Intuyo que la operación definitiva es
paradigmática. La creación de un modelo de usurpación. Esa es la cualidad del
Ser, su atributo: ocupar un espacio imposible (desocupar un espacio tampoco es
posible). El paradigma es inverosímil: es uno mismo dejando de ser, moviéndose
con la marea, mareándose hasta la inconsciencia, girando como un médium de sí
mismo, entrando, definitiva pero transitoriamente, en la ausencia de palabras.
Y ciertamente yo dejé de escribir aquí. Entonces
algo me pasó. Un átomo, el que contiene todo aquello que leí hasta el momento
(y posiblemente el que intervenga en la operación definitiva, la de
usurpación), se excitó y proyectó sobre mi mente ¨Thomas el oscuro¨. Eso me impulsó a hacer una cosa (o dos, aunque a los efectos son idénticas): buscar el
libro de Blanchot y abrirlo al azar, o googlearlo (otra operación del azar) y ver
qué milagro atómico se estaba operando. Hice lo segundo:
¨Y
ahora no soy más que un ser sin mirada. Escucho la voz monstruosa con la que
digo lo que digo sin comprender una sola palabra. Pienso, y mis pensamientos me
son tan inútiles como lo serían el encrespamiento del pelo y las caricias en
las orejas a las extrañas especies de las que dependo.¨
¨No
existo y sin embargo perduro; un futuro inexorable se extiende infinitamente
ante este ser suprimido.¨
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