Es domingo, está
anocheciendo y quiero invitarte a escuchar la radio. Están pasando Jazz y estoy fumando
lentamente un puro.
Estoy viendo que esto puede interesarte pero, también, que no vas a venir. Es probable que sea porque esto solo es esto: la verdad, sí, pero la verdad escrita, nunca dicha, jamás yendo a tus oídos como esta brisa que, también cierta, entra ahora por mi ventana.
Y así, en compañía del dulce humo que se arremolina sobre mi cabeza, flotando como las ganas de besarte, dejo ir un día más. Dejo irte. O nunca venirte. Te dejo a la sombra que crece y oscurece esta pieza, donde un contrabajo suena, mientras un piano lo espera para unírsele y comer de mis oídos.
Estoy viendo que esto puede interesarte pero, también, que no vas a venir. Es probable que sea porque esto solo es esto: la verdad, sí, pero la verdad escrita, nunca dicha, jamás yendo a tus oídos como esta brisa que, también cierta, entra ahora por mi ventana.
Y así, en compañía del dulce humo que se arremolina sobre mi cabeza, flotando como las ganas de besarte, dejo ir un día más. Dejo irte. O nunca venirte. Te dejo a la sombra que crece y oscurece esta pieza, donde un contrabajo suena, mientras un piano lo espera para unírsele y comer de mis oídos.
4 comentarios:
no te sabía esta escritura. Me gusta mucho.
Pero si es más de lo mismo!
pienso que es un agrado leerte, como siempre.
Gracias, Micro.
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