Hay una materia secreta en la facultad de
ingeniería que enseña a los futuros ingenieros a construir puentes infalibles
para aquellos que desean saltar de ellos y así quitarse la vida. Va de nuevo:
hay una materia especialmente pensada para quienes deban construir puentes y
tengan, en esa labor, la responsabilidad de darle las características necesarias
para que, el aspirante a suicida, pueda dar con su cometido. Otra vez: la
materia de la facultad de ingeniería que explicita las técnicas apropiadas y
los conocimientos necesarios para construir un puente apto para suicidas es
secreta y obligatoria. De nuevo: todos los ingenieros que realizan puentes
tienen un objetivo secreto, pero que responde al mismo deber hipocrático con
que los médicos fundan la nobleza de su oficio, en este caso los ingenieros
deberán crear a todo puente con las propiedades necesarias para que los
interesados en el suicido puedan acometer con su tarea sin inconvenientes. Los
conocimientos y saberes necesarios para que cada puente sea perfecto a estos
efectos, son dictados en una materia secreta. Una vez más: te amo con locura.
17 de marzo de 2015
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1 comentario:
Intereante, desconcertante final.
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