Una vez una señora le dijo a mi mamá que dios habla a través
de los locos y mi mamá la echó del negocio. La señora quería comprar un
sombrero. A mí los sombreros me gustan solo si tienen dibujos hermosos. A veces
me gustaría que Salvador Dalí me hiciera un sombrero con sus pinturas. Una vez
fui a un museo y me puse a gritar muy fuerte cuando mi mamá se cansó de mirar
un cuadro y me quiso llevar a otro lugar. Mi hermano dice que yo quise hacerme
un sombrero con esa pintura que quería doblarla y ponerla en mi cabeza. Puede
ser. No me gusta mentir, pero a veces no me acuerdo lo que hago cuando me pongo
nerviosa. Mi amigo Pablo me pone tranquila. Cuando él viene a comprar al
negocio me cuenta cosas que me gustan. En general me cuenta cosas que me
gustan. Me gustan mucho las cosas de Pablo. A veces me gustaría que se quedara
hasta que cerramos a las 8, en verano a las 9. Una vez mamá le dio un café y yo
me di cuenta de que así tardaba en irse. A la mañana cuando pasa por el negocio
para tomar el 39 yo le grito ¡café! y Pablo me levanta la mano y se ríe pero
siempre está apurado a esa hora, a las 19:15 camina más lento y yo preparo más
café pero vuelve a levantar la mano. Yo no tomo café porque mi mamá dice que me
acelera como un coche de carreras y yo ya soy como un coche de carreras. Este
año voy a terminar el secundario de 3 años con especialización en gastronomía,
pero lo que a mi me gusta realmente es pintar. Me gusta más que los sombreros y
cuando estoy enojada le digo a mi mamá que ella no me gusta y que más me gusta
pintar. Mi mamá no se enoja pero cuando se enoja me dice Mirna Mariana. Mariana
es mi nombre que no me gusta y me dan ganas de romper todas mis pinturas cuando
me dice Mariana porque Mariana no sabe pintar, pinta feo todas las pinturas y
hay que tirarlas porque hay que pintar cosas hermosas. Pablo me contó un día
que Salvador Dalí se ponía miel en los bigotes para que las moscas le hicieran
cosquillas mientras pintaba. Yo me río mucho con esa historia y me acuerdo
cuando me pongo a pintar y tengo que dejar de pintar porque tiemblo mucho. Ayer
Pablo vino a tomar café porque era sábado a la mañana. Cuando llegó mi mamá le
preguntó por la mujer y yo no le di café, pero después me di cuenta y pensé que
tenía que darle más café, no menos. Charlamos 1 hora y 45 minutos. Esa mañana
yo no ayudé nada en el negocio, pero mi mamá dijo que estaba bien, además Pablo
no vino a comprar y eso es bueno también, porque es visita. Para mí es
realmente muy bueno ser visita, me gustan también las visitas de mis primas que
traen facturas, además esta vez Pablo le preguntó a mi mamá si podía hacerme un
regalo. Yo lo escuché mientras preparaba más café atrás de la cortina y cuando
salí me dio un libro que no sabía que fuera real pero me dijo Pablo que sí.
Tiene como título el nombre de Cartas desde la locura y son cartas que el
pintor impresionista Vincent Van Gogh que murió loco y sin una oreja le mandó a
su hermano, Theo. Vincent Van Gogh le dijo a su hermano, entre otras cosas que
leí, que pintaba sin descanso los girasoles porque si esperaba se marchitaban.
Me gusta eso porque yo tampoco puedo esperar. Para mi todo está cambiando todo
el tiempo muy rápido y por eso soy como un coche de carreras. Vincent Van Gogh
tiene pinturas como coches de carreras y
nació en 1853 y yo en 1980 y Pablo en 1976 y mi mamá en 1961.
26 de enero de 2017
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