3 de julio de 2012

Ensayo sobre el cansancio.


Devaneo me suena a veraneo; entonces me distraigo y soy fiel al concepto.
Antes de dormir, y a razón de haber vivido un día singular, experimenté (y no por primera vez), lo que trataré de iluminar con palabras más, palabras menos. Antes de dormir, decía, pensaba en el libro ¨Ensayo sobre el Cansancio¨, de Peter Handke; y creí, de golpe, haberlo comprendido. No sé realmente, o no podría, decir nada sobre el libro de Handke; pero supe lo que el libro quiso decirme. Y lo quiso decirme fue: esto que te pasa, es de lo que hablo.

Hay días que parecen tenerlo todo. Como si la vida entera se compactara para caber en, digamos, dieciséis horas (me levanto a las ocho me acuesto a las veinticuatro).
Ese tenerlo todo, ese haberlo tenido todo en apenas una fracción de vida, genera un cansancio como ninguno otro. ¿Podría llamarlo cansancio existencial? Podría, pero no quiero mezclarlo con la miseria del existencialismo. Este cansancio es, lo es en parte, como el cansancio del conejo de Peter Handke. Es un ¨ya está, sé que ya está. Todo terminó, finalmente¨; es también lo contrario del horror vacui; porque todo está como lleno.

El otro día sintonicé una frecuencia universal inusual (que bien podría catalogarse de orden mística) y noté (lo digo en lengua humana), lo siguiente: el universo es tan grande que no cabe en sí mismo. Y pienso ahora, el universo está cansado.

Ustedes deberían preguntarle a alguien inteligente, pero sobre todo claro, lo que yo quiero decir; porque en verdad no tiene tanta vuelta la cosa. En principio yo debería aclarar lo del conejo de Peter Handke. Parece algo simpático, pero no lo es (sí es empático, al menos para esta circunstancia). De hecho, si mal no recuerdo (y ahora que lo escribo creo que todo recuerdo es una especie de mal; no sé bien por qué, tal vez porque las cosas no puede pasar dos veces). Decía: si mal no recuerdo, el mismo Handke pide disculpas por incluir la escena del conejo. Y tiene razón, porque es cruel. Pero lo perdonamos enseguida porque la crueldad está en nosotros, no en el hecho. Las cosas pasan; y si percibimos que pasan todas juntas, si el universo es tan grande que no cabe, y si uno encima recuerda y siente que todo hubo terminado aún antes de que hubiésemos tomado conciencia, entonces aparecen las ganas de llorar; la necesidad misma del llanto; pero ningún llanto que se le parezca; no es esta el agua bendita de las emociones (bendita=bien dicho); esto es un cuerpo hinchado (porque todo ha entrado en él) y que sufre (como una represa que se resquebraja y comienza a ceder); uno se mete en el universo, luego el universo se mete en uno y puf!; la filtración. Una filtración que señala un inminente cambio de estado del que sí, ahora sí, sentimos nostalgia. Pero la nostalgia no tiene nada que ver con la necesidad de llanto. Va por un carril separado. Este llanto y esta  nostalgia son como el meteorito y los dinosaurios; ni el meteorito extinguió a los dinosaurios, ni los dinosaurios extinguieron al meteorito.

En este punto debería transcribir la terrible escena del conejo de Peter Handke. Aunque no estoy seguro si eso hubiese aclarado el asunto. De lo que sí estoy seguro es que debería haberla copiado desde un principio. Es más, podría haber evitado todas estas palabras y poner solamente ese fragmento de texto; y hacerlo bajo el mismo título del libro ¨Ensayo sobre el cansancio¨, eso hubiera sido suficiente. Pero no. No porque simplemente no lo sabía. Como tampoco sé ahora si realmente vale la pena hacerlo. Porque este es un estado de conciencia no participativo. Quien aquí lee no anda necesitando a tal conejo. Y quien aquí escribe, ya tampoco.

3 comentarios:

Nina Regina dijo...

"el Universo está cansado", si, ahora que lo pienso, así debe ser...el Universo se desborda a si mismo, qué terrible, tengo un poco de miedo, en cualquier momento, ¡plum! se desploma

Alex dijo...

puede que lo haya leido en el feis???

Diego dijo...

Alex: sí, pero era un borrador. El de acá es el ¨definitivo¨.

Nina: si se desploma viviremos en sus ruinas, como corresponde.